¿Estás perdiendo tiempo y dinero por no tener una cadena de suministros integrada?

Oct 30, 2018 5 min.

Autor: Johanna Småros, Group CMO, D.Sc. (Tech.)

Tradicionalmente, el reabastecimiento de las tiendas y la gestión de inventario en los centros de distribución regionales o en almacenes centrales han sido procesos separados, llevados a cabo por previsiones de demanda separadas.

En una encuesta reciente, encontramos que el 16% de los grandes retailers de alimentación de los Estados Unidos aún basan los pronósticos de sus centros de distribución en datos históricos sobre las salidas de estos mismos centros.

Según esta misma encuesta, una clara mayoría de minoristas – el 70% de los encuestados – ha optado por un enfoque más prospectivo, y basa las previsiones de sus almacenes en los pronósticos de demanda de tienda.

Este, es un mejor enfoque que el anterior, pero en cualquier caso, nos seguimos encontrando con algunas desventajas importantes al usar las previsiones de demanda de las tiendas para gestionar la planificación en los centros de distribución:

1. Los productos deben entregarse en tiendas antes de que las tiendas puedan venderlos. Esto significa que el pronóstico del centro de distribución debe aumentar antes de que los pronósticos de demanda de las tiendas aumenten, y viceversa. La diferencia en el tiempo depende de las ventas y de los horarios de reposición de las tiendas, lo que significa que la diferencia en el tiempo varía entre tiendas y productos y a veces también entre días de la semana. El resultado es que es casi imposible explicar con precisión la variación en el tiempo, lo que es una mala noticia para la precisión del pronóstico en almacenes.

2. Cuando los productos son “pushed” (forzados) del almacén a tiendas, en lugar de “pulled”(pedidos según necesidad real) de tiendas a almacén a través de la cadena de suministro, en los centros de distribución habrá picos de salidas que no serán visibles en las previsiones de demanda de las tiendas. Un ejemplo típico son las promociones, cuando se tiene que enviar a las tiendas entre un 30% y un 80% de los productos promocionales, antes de que comience la promoción. Por lo tanto, la promoción causa un pico de demanda mucho mayor en los almacenes que en las tiendas. Este pico está totalmente controlado por el propio retailer, pero se sigue requiriendo mucho trabajo manual o “suposiciones” cuando los planificadores de los centros logísticos intentan anticiparse al cuándo y en qué cantidades las tiendas recibirán los productos promocionados.

Es bastante irónico que muchas de las situaciones que están consideradas como las más difíciles de abordar en los centros de distribución, como acumular stock en las tiendas antes de las promociones y las temporadas, son situaciones que están totalmente controladas por los propios retailers.

Las proyecciones de la cadena de suministro permiten una integración total

La mejor práctica es basar la previsión del centro de distribución en los pedidos proyectados de las tiendas, que reflejan tanto la demanda “pull” como “push”. Según una encuesta reciente, sólo en 14% de los retailers de alimentación norteamericanos encuestados ha implementado esta práctica.

Para conseguir una planificación integrada entre tienda y almacén, el sistema de planificación debe poder calcular los pedidos de tienda proyectados por producto, tienda y día, varios meses o incluso un año en el futuro, lo que reflejará los parámetros de reabastecimiento actuales y futuros, así como los pronósticos de demanda. Estos cálculos requieren, obviamente, capacidad para el procesamiento de datos, lo que probablemente sea una explicación a la tan sorprendentemente baja tasa de implementación de esta práctica.


Imagen 1: El plan de entregas del centro de distribución (que reemplaza al pronóstico tradicional en una cadena de suministro integrada), se basa en los pedidos proyectados de las tiendas, que incluyen la demanda real “pull” y los movimientos planificados “push”, así como las previsiones de entrega directa de almacén a consumidores.

En la práctica, las proyecciones de pedidos de tiendas consolidan los datos sobre el inventario actual de las tiendas, el stock de seguridad y mínimos visuales, la necesidad del reabastecimiento y los movimientos de inventario “push” y planificados, como el stock introducido en tiendas antes de las promociones.

Algunos ejemplos de situaciones en las que el valor de basar el pronóstico del almacén en pedidos proyectados de tienda es especialmente notable.


Tabla 1: El beneficio de basar el pronóstico de los centros de distribución en los pedidos proyectados de tienda.

Una cadena de suministro integrada evita una planificación duplicada

El impacto de los cambios planificados en el reabastecimiento de tiendas se refleja automáticamente en los pedidos de tienda proyectados creando el pronóstico de demanda para los centros de distribución. Esto significa que, tan pronto como las promociones y la correspondiente acumulación de stock en tiendas están planificados, su impacto se hará visible automáticamente en los pronósticos de los centros logísticos en las fechas y cantidades correctas. Lo mismo para la planificación de temporadas, cambios de surtido, cambios en las fechas de reposicionamiento, etc…

Por supuesto, tener la funcionalidad correcta y las capacidades de procesamiento de datos en el sistema de planificación son unos habilitadores claves, pero el verdadero desafío es conseguir que toda la organización trabaje de un modo más proactivo. Asegurar que las decisiones se toman con la suficiente antelación, pero no demasiado pronto, para no reducir la flexibilidad innecesariamente en un mercado dinámico, requiere que todos en la misma organización tengan un conocimiento básico de cómo funciona la cadena de suministro y cuáles son los plazos de entrega para los diferentes tipos de cambios.

¿Tienes una buena razón para no integrar tu cadena de suministro?

Este documento forma parte de la guía: ‘Best Practices for Managing Grocery Retail Supply Chains‘, dónde se destacan los enfoques clave para aumentar la capacidad de respuesta y la eficiencia en las cadenas de suministro de alimentación.